

El Depor se levantó y ganó una Liga, junto al Valencia y al Atlético han sido los únicos que sin ir demasiado atrás en la historia del campeonato le han arrebatado títulos al Madrid y al Barcelona. Arsenio Iglesias, el entrenador de aquella generación, se hizo famoso, tanto que llegó a entrenar al Real Madrid. Sin embargo, fue Javier Irureta el que mejoró el proyecto. Y al frente de la nave siempre ha estado Augusto Cesar Lendoiro, un presidente con sueldo, al que hemos visto envejecer a medida que su club perdía poder.
No hay que olvidar que el Deportivo estuvo a un paso de disputar la final de la Liga de Campeones frente al Mónaco y que solo le echó del camino el Oporto de Mourinho. Además fue capaz de amargar el cumpleaños centenario del Real Madrid con su triunfo en el Bernabéu en la final de Copa y de ganarle al Valencia aquella otra pasada por agua. Tan bueno era su equipo que el Barcelona le arrebató en el último segundo del plazo de fichajes a Rivaldo, pagando una claúsula multimillonaria.
El Depor estuvo en la pomada, no hay duda. Un día se acabó el dinero y además se fueron las estrellas, entre ellas Fran, un jugador superlativo. Y el Deportivo se volvió terrenal. En los últimos años ha coquetado con el descenso y en una temporada en la que los digitos para no descender crecieron demasiado le pilló en medio y se fue a Segunda, lugar del que conviene salir cuanto antes, no sea que se convierta en la eternidad. Su larga estancia en Primera, veinte años, no es en vano, ha dejado huella.
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